Llevar a cabo un cambio de look radical no es fácil. Muchas veces es mejor no pensárselo demasiado y dejarse vencer por el impulso.

Estamos hartas de leer motivos absurdos por los cuales las mujeres hacemos un cambio drástico en nuestro aspecto. Un bache emocional, una ruptura amorosa, inseguridad, inconformismo con la vida que llevamos o algo que no termina de llenarnos en nuestro día a día. ¿Seguro?

Estamos empeñados en que son las situaciones complicadas las que nos llevan a cambiar nuestro look. ¿Por qué cortarme le pelo me va a ayudar a superar mis debilidades? ¿Nadie habla de la adrenalina del cambio, de romper los esquemas, de salirse de lo convencionalmente establecido? No amigas. Yo me corté la melena y no había roto con mi novio, ni me estaba replanteando mi futuro, ni me sentía incompleta.  A la gente le asusta saber que hay personas con determinación que hacen algo sencillamente porque les apetece y no necesitan la aceptación de la sociedad.

 

Las etiquetas son otra cosa con la que tenemos que lidiar a diario. Hombres del planeta, la feminidad no se mide por la longitud del cabello. Y rectifico al mencionar solo a los hombres, pues nosotras, amigas, somos las primeras que señalamos con el dedo a aquella que va diferente. En realidad cortarse el cabello es una prueba de fuego para reconocer a aquellos ligues que están a tu lado por el aspecto físico y aunque puedes llevarte decepciones, se convierte en algo divertido. Yo lo llamo con cariño «el filtro». Muchos hombres salen despavoridos al ver que has perdido tu melena. ¡Qué dirán ahora de ellos cuando la chica que llevan al lado no luzca un cabello de infarto!

Una mujer que adopta un cambio radical no puede tener al lado a una pareja que viva pendiente de lo que los demás opinen. Sencillamente son personalidades que no encajan. Y si la reacción de tu pareja/amig@/ligue se parece a esto… es que sus cadenas pesan más que las tuyas. ¡Corre!

La importancia de vivir a gusto con uno mismo es lo que te hace libre. Parece algo sencillo pero hoy en día vivimos en un mundo donde constantemente sobreexponemos nuestra vida y buscamos desesperadamente la aceptación de los demás en forma de «LIKE». Sabemos que no se puede vivir al margen de todo, pero intentemos mantener nuestra personalidad, nuestra esencia por encima de todo. ¡Salgámonos del rebaño!

 

A nosotras no nos importan los estereotipos. Asusta a aquel que los reconoce y te señala. Esa persona si tiene miedo. Tú, sin embargo eres libre. Hace poco leí un artículo que decía. «Ser valiente es escalar el Everest, subirse a un escenario o criar hijos» no cortarse el pelo.  Así que la próxima vez que te pregunten si te cortaste el pelo porque te dejaron o  la próxima vez que opinen que pareces un chico, quizá puedas sentir pena de su normalidad y animarle a que rompa algún molde en su vida. Tampoco te esfuerces mucho, porque no lo entenderá.

 

En definitiva. La confianza en uno mismo puede generar admiración o puede asustar a los demás. Pero eso no nos importa. Porque si tuviste el carácter suficiente para alejarte de los convencionalismos del aspecto físico quiere decir que te importará bien poco lo que opinen de ti y eso es lo que te hace una mujer de bandera, libre y orgullosa. Y sobre todo feliz.